
Viajes
De verdad que en los buses se vive de todo, llenos de emociones y energía que van cargadas por años.
Lágrimas, alegrías, recuerdos, olores, libros, parejas, monjas, amigos, deportistas, extranjeros, maletas, comida, temperaturas, cortinas, almohadas y sábanas. Pero una buena atención con tu espacio y prudencia te lo hacen mejor. Que trabajo admirable y paciente de l@s encargados del servicio y de los motoristas.
Trayectos largos, muchas ideas y sueños. Hoy quiero escribir y compartir estas sensaciones que pocas veces comparto.
Tiempo para la familia, para el trabajo, para Dios. Pero sobre todo tiempo de reflexión y de dar gracias. Un paisaje lindo, clima agradable, el verde brillante de las hojas limpias en grandes árboles, jícaros, carbón, tamarindo, napoleones, sabanas, llanos , el bosque y la montaña a lo lejos, tejares a orillas de calle y un buen libro de verdad que transforman esta experiencia de viaje en bus.
Siempre que viajo, lo hago feliz porque admiro la naturaleza hermosa y su gente sin duda alguna un gran regalo de Dios y de este universo hermoso.